Realizado por: Marcela Padilla, estudiante de periodismo
Los habitantes de Bucaramanga no utilizan de manera adecuada el sistema de clasificación de residuos sólidos generando así un mayor volumen de desechos en el relleno sanitario El Carrasco.
Bucaramanga enfrenta un grave problema debido a la acumulación de desechos no renovables, los cuales resaltan en comparación con el material aprovechable; esto, a pesar de las distintas campañas e iniciativas propuestas desde la administración municipal para fomentar el reciclaje.
En 2019 el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible estableció mediante la resolución 2184 el nuevo código de colores unificado para la separación de residuos que se viene implementando en Colombia desde el primero de enero de 2021. Esto con el fin de mitigar el problema de la acumulación de basuras en los depósitos y vertederos del país a través del reciclaje.
El nuevo código para la clasificación de residuos consiste en los siguiente: caneca blanca, residuos aprovechables (plástico, cartón, vidrio, papel y metales); caneca verde, residuos orgánicos aprovechables (restos de comida, desechos agrícolas); caneca negra, residuos no aprovechables (papel higiénico, servilletas, papeles y cartones contaminados con comida y papeles metalizados).
No obstante, esta estrategia no ha sido completamente efectiva en lo que a Bucaramanga respecta. Según los datos de la Empresa de Aseo de Bucaramanga Emab en la ciudad y su área metropolitana se producen alrededor de 900 toneladas de residuos diarios, de las cuales, solo se aprovechan 30. Lo que significa que las otras 870 toneladas de residuos van a parar directamente al relleno sanitario El Carrasco.
La Alcaldía Municipal ha implementado desde el año 2021 algunas campañas de concientización sobre la situación como: Misión recicla, Puntos verdes urbanos, Cuida tu parque y Gestión social. Estrategias con las que se busca incentivar el aprovechamiento de los residuos en la ciudad, sin embargo, el resultado no ha sido el esperado.
Por su parte, Leidy Reyes jefe de oficina de innovación ambiental de la Emab sostiene que se ha fortalecido el tratamiento de residuos en la ciudad y explica que los residuos reutilizables cuentan con una ruta definida eficiente.
“En Bucaramanga existen organizaciones de recicladores que cuentan con rutas selectivas para la recolección de los residuos separados en las fuentes por los usuarios y el transporte hasta la estación de clasificación, y aprovechamiento más conocida como E.C.A., allí se lleva a cabo el proceso de clasificación y almacenamiento. Para el caso de los residuos orgánicos, la EMAB cuenta con rutas selectivas que recogen los residuos provenientes de las plazas públicas y algunos Fruver de la ciudad y se transportan hasta la planta de compostaje que para producir abono orgánico y en cuanto a los residuos no aprovechables, la EMAB S.A realiza la recolección en las 17 comunas del municipio de Bucaramanga y los transporta hasta sitio de disposición final: El Carrasco”.
Los datos de la Alcaldía de Bucaramanga en 2021 señalaban que apenas el 2% de los residuos producidos por los bumangueses eran reutilizados. Si bien, para 2022 este indicador subió al 4,6%, aún se está muy por debajo de la meta prevista en el Plan de Desarrollo que apuntaba llegar al 7.5% y cuya fecha límite de cumplimiento llegará en solo tres meses.
Uno de los principales factores por los que el crecimiento del porcentaje de residuos reciclables se estancó tiene que ver con la decisión que tomó la EMAB en 2021 de arrendar a un tercero la Estación de Clasificación y Aprovechamiento de Residuos inaugurada en 2019. Por tal motivo, la Alcaldía anunció la construcción de la Gran Estación de Clasificación y Aprovechamiento de Residuos que debía estar lista en 2022, pero que aún hoy no ha sido puesta en funcionamiento.
En contraste a las disposiciones gubernamentales, algunos bumangueses implementaron campañas propias como es el caso del Colegio Integral San Paulo, institución en la que el año pasado se inició un proceso de concientización con ayuda de una empresa de reciclaje para que cada estudiante comprendiera el valor del manejo de los residuos y lo empezara a poner en práctica en su día a día. Para el rector Norberto Torres Meneses la campaña implementada ha impactado positivamente en los estudiantes de la institución.
“El cambio principal, que hemos visto en nuestro colegio con la implementación de esta clasificación, es en la toma de conciencia. Y si todos nos enfocamos en que esto sea un aprendizaje en todos los colegios, en todas las escuelas, en poco tiempo en nuestras ciudades esto va a ser una realidad”.
Según la opinión de varios miembros de la comunidad, como Javier Gómez, co-propietario del restaurante, taberna y discoteca Macondo, la responsabilidad en este problema recae principalmente en los ciudadanos, quienes no cuentan con la apropiada conciencia ambiental al momento de separar residuos.
“El problema básicamente es que falta cultura, falta cultura para este manejo de los residuos sólidos, para todo todo, desde los hogares, en los negocios, en la parte administrativa de cada ciudad hay muchas fallas”.
El problema de acumulación y contaminación se ve reflejado en las calles y lugares públicos de Bucaramanga. Los resultados de un sondeo realizado a habitantes de la capital santandereana arrojaron que un 40% de los participantes no recicla o no tienen ningún tipo de cuidado al desechar sus residuos.