El 6 de marzo llegó a Colombia el virus del que tanto se hablaba en el mundo. El COVID 19, o Coronavirus, como la mayoría lo conocen, entró al país y con este las medidas para tratar de evitar su expansión.
Sin embargo, este virus del que tanto hablan parece solo existir en los medios de comunicación, pues pese a las recomendaciones de permanecer en casa, en las calles parece no existir el miedo a contraer coronavirus.
Hasta el 15 de marzo, todo transcurría con normalidad. Las clases, las tiendas, los centros comerciales funcionaban como si nada. Pero la alerta por la rápida propagación del virus hizo paralizar gran parte de las rutinas en Colombia.
Jennifer Nathalia Sánchez Olarte cada mañana se despertaba para ir a estudiar, va en tercer semestre de Medicina Veterinaria en la Universidad Cooperativa de Colombia UCC. Pero sus estudios pararon, y nuevamente se vio en la obligación de permanecer en casa después de más de 5 años saliendo de día y regresando de noche.
“Me afecta bastante porque no estoy acostumbrada a estar en mi casa, no me gusta pasar tiempo en mi casa porque no le hallo como mucha productividad a estar encerrada”.
Como muchos estudiantes por estos días ha buscado planes para pasar el rato.
“Veo series, películas con mis amigos, paso casi todo el día es con mis amigos. A veces jugamos juegos de mesa, hablamos más que todo para quemar tiempo”.
Uno de esos amigos con los que Nathalia Sánchez comparte su tiempo es Jhonatan Stiven Marín Rueda, quien se encuentra en una situación similar. Sus clases de Gestión Logística se cancelaron hasta nuevo aviso. Ahora, gracias al encierro que tanto le molesta, ha podido compartir más tiempo con su mamá.
“Como me quedo con mi mamá, ella tampoco está trabajando, por lo mismo, nos ponemos a hablar, hasta jugamos dominó. Por lo general cuando yo llegaba a la casa ella ya estaba durmiendo y en las mañanas cuando yo me levantaba ella ya se iba a trabajar, nos veíamos por ahí los fines de semana”.
Reunirse entre amigos no es un plan exclusivo que se haya dado por la cancelación de las clases, así lo afirma Jhonatan Marín.
“A veces uno se despierta y se va para donde los amigos a hablar. Nos reunimos como siempre, ya es rutina”.
Pero para varias personas, este tema no ha cambiado en nada su manera de vivir el día a día. La calle sigue sonando igual, y pese a las advertencias que se han hecho, las personas entraron en un punto de desesperación y solo buscan abastecerse de productos de la canasta familiar como puedan.
En las calles se siguen escuchando los vendedores pasar: ayacos, aguacates, peto, en los supermercados la música a alto volumen y los animadores presentando las promociones del día.
Quizá para Lucy Mariela Ruíz, una ama de casa de 54 años, su rutina no ha cambiado en nada, pero se ha dado cuenta como esta situación está afectando los precios en el mercado.
Me he dado cuenta en estos dos días de la aglomeración de mucha gente en los supermercados y en las plazas comprando víveres, abasteciéndose, guardando. En el momento no hacen falta, sino que han subido de precio, las frutas, el arroz también subió bastante de precio, los huevos no han subido de precio pero están más bien como escasos.
A pesar de los más de 100 casos que se han confirmado en Colombia, las personas parecen no tomarse la situación en serio, comenta Lucy Ruíz.
“La gente como que no se está tomando muy en serio la cuestión, se ve normal, como si nada estuviera pasando”.
Ver a las personas haciendo largas filas, utilizando el transporte público, personas de la tercera edad y niños en los barrios de la ciudad es algo que sigue siendo normal. Aunque en cambio, la soledad en las calles se siente en los lugares principales. Registradurías, bares, colegios, universidades han tenido que cerrar. Pero parar no está en los planes de muchos colombianos que viven del día a día, y que necesitan trabajar para vivir.
Humberto Bueno, es taxista y de su trabajo dependen sus dos hijos y su esposa, por eso a pesar del riesgo que corre transportando la poca gente que se ve en las calles principales, sigue trabajando.
“Tuve que seguir trabajando porque obviamente uno es un trabajador independiente y no tiene recursos para poder descansar. La ciudad si se encuentra muy sola porque hay muy poca gente laborando, no hay clases, entonces toca hacerle la cara dura”.
Al igual que Lucy Ruíz, Humberto Bueno afirma que las personas están muy relajadas con el tema.
Lo complejo de no auto cuidarse permaneciendo en casa, lavándose las manos constantemente y evitando la aglomeración en lugares públicos es que la propagación del virus es muy rápida. Una persona infectada puede infectar a dos o tres más, y a su vez esas personas pueden infectar a otras dos cada una, y así sucesivamente.
El problema no está en el que todos contraigan el virus, ya que tiene una tasa de mortalidad de solo el 2%, el problema está en que si todos lo contraen no habrá la capacidad suficiente para atender todos los casos en Colombia, por eso la importancia de cuidarse y permanecer en casa.
Podcast realizado por Daniela Bueno. Unab Radio.