El karate más allá de la ficción

Muchos conocen esta disciplina por las películas de Bruce Lee o Jackie Chan, que muestran movimientos increíbles, patadas voladoras y puños que llegan a partir el concreto con solo el tacto. Pero, ¿es así en la vida real?

Por Fernanda Rodríguez
arodriguez330@unab.edu.co

El término japonés “karate-do” significa en español “el camino de la mano vacía”, este hace referencia a los movimientos de puños, patadas y enganches que le permiten a una persona defenderse sin ningún tipo de arma más que su cuerpo y a la vez ser letal.

Seiza es una posición en la cual los karatekas se arrodillan para meditar y llevar más allá su concentración antes y después de cada entrenamiento. / FOTO FERNANDA RODRÍGUEZ

Esfuerzo, constancia y tenacidad son valores fundamentales que se van adquiriendo en el dojo (lugar de entrenamiento), según Hichin Funakoshi, padre del karate moderno, el último objetivo de este arte no reside en la victoria o en la derrota, sino en el perfeccionamiento del carácter y la actitud de sus participantes.

A diferencia de cómo se muestra en la ficción, la perfección de la disciplina no es algo a lo que se pueda llegar, este camino es interminable. En términos reales lo más cercano a la excelencia de un karateka es ser sensei, llegar al cinturón negro.

Para que esto suceda se requieren mínimo seis años de práctica, en los cuales el aprendiz debe pasar por diez colores de cinta: blanco, amarillo, naranja, azul, verde, violeta, marrón tercer kyu, marrón segundo kyu y marrón primer kyu hasta presentar el último examen para ser cinturón negro.

Además: Los orígenes del Karate y El karate como deporte de alto rendimiento.

A lo largo de estos años no solo se ponen en juego la mente y el cuerpo, la disciplina, la constancia y el esfuerzo, valores que día a día se enseñan en el mismo dojo, se solidifican y le dan ese éxito y gloria que todo karateka anhela. Aun así, bien dice Juan José Landínez cruz, sensei y entrenador de la Liga Santandereana de Karate: “El verdadero camino de un karateka comienza cuando se llega a ser cinturón negro”.

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Este arte marcial se divide en sus tres pilares fundamentales: Kihon: Son aquellos movimientos básicos y específicos, los diferentes puños, patadas y defensas.

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Kata: Es la simulación de un combate imaginario. Son aquellos movimientos básicos del Kihon encadenados para simular lo que se haría en un combate. Los katas son diferentes en cada cinturón y a medida que se avanza de colores en las cintas, estos se evalúan por su Kimé (fuerza y actitud) y posiciones al momento de ser ejecutados. A nivel competitivo se hace individual y por equipos, en equipos la sincronización entre todos los integrantes ante cada movimiento es la clave.

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Kumite: Es la aplicación de aquellos movimientos del kihon y el kata en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo con otra persona. En los exámenes de ascenso de cinturón la presentación del kumite después del kata es fundamental para determinar si un karateka tiene lo necesario para pasar de cinta.

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Este un deporte que además de enseñar la defensa personal ofrece beneficios a nivel físico y mental, fomenta la disciplina y él autocontrol en cualquier persona que lo practique.