Realizado por: Erika Pineda, Unab Radio.
El temor a la muerte ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia, desatando una
serie de emociones, creencias y filosofías que han moldeado la forma en que las personas
interactúan con el mundo y entre sí.
Diferentes culturas tienen enfoques variados sobre la muerte, lo que influye en cómo
se experimenta el temor. Comprender estas perspectivas culturales puede arrojar
luz sobre cómo manejar este miedo.
En la religión y la mitología, la muerte ha sido vista como una transición hacia otra vida o
como el camino hacia la recompensa o el castigo según las acciones en vida, menciona
Lead Haner Alvernia, un loco que quiere saber la verdad.
“Si hablamos de la muerte pues nos han creado mucho miedo respecto a eso, ya que nos
hablan de que después de la muerte está el purgatorio, el juicio final, te vas para el infierno,
entonces nacemos y crecemos con esos tabú, con esos misterios, con esos miedos y
temores que cuando alguien muere va a pagar las consecuencias, más no nos hablan de
otra perspectiva, que podamos pasar a otra dimensión, que podamos reencarnar como tal”.
Esta inquietud ante lo desconocido ha inspirado obras literarias, películas, series y
exploraciones filosóficas que exploran diferentes facetas del temor a la muerte.
Francisco Velandia, estudiante de Comunicación Social, menciona que a lo largo de la
historia diversos escritores han venido plasmado las ansiedades humanas.
“Hacia la muerte siempre existirá cierto temor y también cierta sensación, pues la muerte ha
sido y será un tema recurrente y profundamente explorado a lo largo de la historia de la
literatura. Este miedo ha sido abordado de diversas maneras por diversos autores y en
diversas épocas, ya sea porque se toma como una fuente de inspiración, de reflexión
filosófica y una herramienta para examinar la condición humana. La literatura continúa
siendo un espacio donde el temor a la muerte se examina, desafía y transforma”.
En última instancia, el temor a la muerte, independientemente de cómo se aborde, refleja la
naturaleza humana de buscar significado y trascendencia en medio de la finitud.