La otra cara de la moneda de los comerciantes

Por Laura Valentina Pulido Suárez
lpulido511@unab.edu.co
Estudiante de Psicología

Es una profesión de la que mucho se habla y se presume, pero de la que se ha olvidado sus inicios. El ser comerciante va mucho más allá de vender algún artículo o producto, es lograr simpatizar lo suficiente para vender y que aquella persona vuelva a comprar, es lograr un cliente, un cliente que le guste tanto la atención y los productos que se vuelva fiel a tu empresa.

La creatividad e innovación a la hora de salir de la zona de confort es importante para el incremento de las ventas. / FOTO LAURA VALENTINA PULIDO

Entrando un poco en materia y en la realidad de esta profesión, así son las vidas de algunos de estos comerciantes; es un trabajo de tiempo completo donde pasas más de las 8 horas legales de trabajo, donde probablemente se vuelva tu segunda casa, para este trabajo me enfoqué en el Centro Comercial la Isla, que para la mayoría de sus trabajadores es mucho más que un centro comercial, es su trabajo, su hogar y su familia, donde día a día sin importar las circunstancias se luchan el pan de cada día; es el lugar donde encontramos la realidad de muchas personas, lugar que les da de comer, vestir, estudio y trabajo a miles de familias. Lugar donde crecen muchos niños y el lugar donde se encuentran oportunidades.

En la Isla se trabaja de lunes a sábado de 8:30 am a 8:00 pm, domingos y festivos de 9:00 am a 2:00 pm. En el primer piso encuentras calzado y licores; en el segundo, ropa, gorras, salones de belleza y ópticas, y en el tercero, electrodomésticos, joyerías y perfumerías; sin dejar atrás todos aquellos comerciantes/vendedores que no están instalados en algún local, trabajan puerta a puerta pero forman parte del centro comercial.

A la hora de recibir su paga hay diferentes formas de trabajar; en primera instancia están los comerciantes que ganan un sueldo mínimo, reciben un seguro y subsidio de transporte; en segunda instancia están los que trabajan por “arrastre”, son todos aquellos comerciantes que revenden la mercancía, es decir “X” local con dicha modalidad (arrastre) que les deja las camisetas a $45.000 este vendedor las lleva al local en el que se encuentra el cliente y las vende a $60.000 quedándole como ganancia $15.000 por camiseta que venda, ellos no tienen sueldo fijo, viven del día a día, de la incertidumbre, ya que hay días de completa soledad donde se van sin para el transporte, sin un peso en el bolsillo.

Encontramos realidades duras de afrontar, pero son un día a día, madres cabeza de hogar con 4 o 5 hijos que no tienen la posibilidad de contar con alguien que les cuide a sus hijos y que deben cumplir con su extenso horario de trabajo y llevarlos. En algunos de los casos son niños que pasan todo el día en el centro comercial, que no tienen la posibilidad de estudiar y crecen en ese ambiente laboral.

También están personas de la tercera edad, que sostienen su hogar y en La Isla encuentran oportunidad de trabajo teniendo que cumplir con el extenso horario laboral y los múltiples oficios que esta profesión demanda. Por último, están los menores de edad o jóvenes que buscan una oportunidad de trabajo para sostenerse o poder pagar sus estudios, todas estas personas a diario buscan un mejor futuro, son felices con lo que hacen, aprecian su trabajo y sobre todo viven agradecidos con el centro comercial por las oportunidades laborales que les brinda.