Realizado por: Marcela Padilla, estudiante de periodismo
“Cuando Dios quita algo de tus manos, él no te está castigando, te está preparando para recibir algo mejor”. Así ocurrió en la vida de Miguel Ángel Rincón Narváez, su anhelo de ser militar se materializó con otra profesión y en otras condiciones, a sus veintiocho años es uno de los nadadores paralímpicos más importantes de Colombia.
“Miguelito” creció en Bucaramanga, Santander, en una familia de clase media. Cuando tenía nueve años un accidente cambió su vida para siempre, colocó en su pecho un arma de fuego como si de un juego de niños se tratara y fue ahí cuando ocurrió lo inesperado, el revólver se disparó fortuitamente causando múltiples daños en su cuerpo.
“El proyectil me destruyó parte de algunos órganos como el hígado, el páncreas, el intestino, el estómago y esquirlas llegaron también al corazón y a los pulmones. Todo esto conlleva a que en medio del proceso me diera Pancreatitis la cual es una enfermedad de alta gravedad y cuando llegué al hospital tan solo tenía litro y medio de sangre en mi cuerpo. Pero, de todo lo anteriormente mencionado lo que resaltó y que le dio un vuelco a mi vida, fue una lesión a nivel de siete, ocho y nueve que tuve en la médula espinal, es catalogada como espástica y fue eso lo que imposibilita el poder caminar”.
Este acontecimiento fue de gran impacto tanto para Miguel como para su familia, en especial para su padre, ya que él era el dueño del arma y por ende sentía gran culpabilidad por lo sucedido, no obstante, Miguel recalca que nunca sintió ningún tipo de odio o resentimiento hacía su papá ya que desde un comienzo tuvo muy claro que fue un infortunio y contrario a lo que muchas personas hacen, él agradeció seguir con vida pese a las secuelas con las que quedó.
Tiempo después y por azar del destino coincidieron con Martha, una señora que conducía taxi y transportaba a un atleta que tenía la misma condición de Miguel, pero con diagnosis diferente. Les comentó sobre las piscinas olímpicas y que estas le podrían ser de gran ayuda para su recuperación. Fue entonces, cuando Miguel Ángel tomó el impulso y la motivación para seguir adelante y encontrar su propósito de vida. Como todo comienzo no fue fácil debido a que él no sabía nada con respecto a la natación y tampoco tenía el talento innato, así que el proceso fue complejo y el esfuerzo doble, pero finalmente lo logró.
“Fueron meses de arduo trabajo, en donde únicamente me dedicaba a entrenar y mejorar. Todos los días me levantaba feliz porque había encontrado en el deporte un motivo más para continuar con mi vida”.
Fueron muchos los entrenadores que se interesaron en él debido al entusiasmo, empeño y disciplina que lo caracterizan. Sin embargo, no todas las personas que llegan a nuestra vida aportan algo positivo y esto lo tuvo que vivir Miguel con un instructor que hizo parte del inicio de su carrera deportiva y que en lugar de brindarle apoyo y entusiasmo lo desmotivó, más no lo detuvo, antes bien, fue una razón más para progresar y mejorar.
“Hoy en día cuando me saluda no le niego el saludo, pero en mis recuerdos está que fue la persona que un día me dijo “usted no sirve para este deporte y es mejor que invierta su tiempo en algo distinto y se dedique a otra cosa”. Esas palabras lo que hicieron fue darme ganas de seguir y demostrarle que estaba equivocado”.
A Miguelito la vida le sonrió al poner en su camino a Luis Carlos Calderón Fuentes su actual entrenador, hombre al que él considera un amigo, hermano y padre. De la mano de él ha logrado obtener grandes reconocimientos, cumplir sueños, conocer países y por lo tanto nuevas culturas.
“Llevo un poco más de seis años trabajando con él, es la persona que me guía en mi proceso deportivo y yo cumplo a capa y espada todo lo que me aconseja. Junto a Luis Carlos he mejorado mi marca, hemos estado en podios y logrado reconocimientos importantes tanto a nivel nacional como internacional”.
Desde que Miguel Ángel inició como deportista tenía claro sus objetivos, quería participar en unos juegos paralímpicos y pertenecer a la Selección Colombia, así como también estar entre los mejores deportistas del mundo. Él sabía que para llegar hasta allí se requería voluntad y sacrificio, así que, el esfuerzo no solo debía ser físico, sino que era necesario reunir muchos elementos que predisponen mentalmente para lograr una meta.
“Tardé diez años trabajando para poder llegar a los juegos paralímpicos de Tokio y ¡lo logré!, estuve allá compitiendo con los mejores del mundo y estar entre los ocho mejores deportistas paralímpicos para mí es muy gratificante y me llena de gran orgullo. Para mi estar en Tokio fue espectacular, a parte tuve la oportunidad de conocer Japón y su cultura”.
Aunque el deporte se convirtió en el centro de su vida, esto no fue un obstáculo para que Miguel explorara distintos ámbitos en cuanto a lo académico, pues hizo un curso de culinaria, sexología, crossfit y un seminario internacional de entrenamiento funcional y de nutrición, todos estos han enriquecido su conocimiento y abierto puertas para trabajar en reconocidos gimnasios de Bucaramanga y su área metropolitana como People Fitness y Urban Training, del mismo modo, estos le dan otras fuentes de ingresos económicos para su sustento y el de su madre.
Son muchos los reconocimientos que Miguelito ha recibido en el transcurso de su carrera, pero no son suficientes para él, en la actualidad un nuevo anhelo se apoderó de su corazón “tengo mucho entusiasmo por los próximos juegos paralímpicos que se aproximan que son los de París 2024, me estoy preparando fuertemente para conseguir ese primer lugar que tanto deseamos todos los que conformamos la selección”. La natación se volvió su proyecto de vida, sin embargo, tiene claro que solo no lo podrá lograr “mi sueño es que Dios esté conmigo en todo momento y que le de la fuerza que mi cuerpo necesita para continuar con este deporte que tanto me apasiona”. Miguel Ángel tiene como finalidad incentivar y ayudar a todos los niños que estén pasando por una condición de discapacidad para que tengan la oportunidad de progresar por medio del deporte.