Corren los principios del siglo XXI en Puerto Rico y dos jóvenes, uno llamado Ramón Luis Ayala y el otro Nicky Rivera, que tienen un pequeño dúo llamado “Los Cangris”, lanzan la canción “Dónde están las gatas”. Este tema fue de los principales en catapultar a los integrantes de este conjunto musical al estrellato, y de acelerar sus carreras que apenas estaban empezando. Esta melodía pegajosa, con un ritmo intenso y, sobretodo, muy bailable, empezó a cruzar barreras internacionales y a dar pequeños bocados de lo que era este nuevo género musical que estaba surgiendo en los barrios populares de Puerto Rico, y en lo que se podía convertir.
Y estos dos jóvenes de los que estamos hablando, más de 10 años después de haber empezado como dúo, serían conocidos para el mundo en general como “Daddy Yankee” y “Nicky Jam”. Y lo que ellos no sabían en ese entonces, era que iban a ser, en un futuro, de los artistas más reconocidos y respetados en el fenómeno mundial latinoamericano más grande que ha habido en los últimos años. Tan grande, que se ha atrevido a influenciar la música tradicional y, poco a poco, pero a un ritmo aceleradisimo, ha reformado hasta las raíces de la música misma que escuchamos todos los días. Este fenómeno se llama Reggaetón.
-Pero la pregunta central acá es: ¿cómo es que esto?
-¿Pasaría a ser esto?
Y ¿qué es lo que ha hecho a este género musical tan exitoso, como para que en quince años ya esté metiéndose en los primeros lugares de las listas globales de la música y no muestre señales de retroceso? ¿Por qué, y en qué radica este éxito tan acelerado? y ¿será tan malo como algunos creen?
Primero tenemos que empezar mirando el origen de este género, y no se da exactamente en un ambiente muy culto, o ideal para las manifestaciones artísticas, sino por el contrario, tiene un origen muy parecido al del Hip Hop en el bronx de los años 70, y es el del ambiente hostil que rodeaba a los barrios populares en Puerto Rico durante la década de los 90. Los jóvenes están buscando una forma de salir de su ambiente callejero y de un momento a otro, se empieza a escuchar este ritmo pegajoso, proveniente de un movimiento interesante que estaba surgiendo en Panamá, en las calles y las fiestas. Este ritmo se empieza a esparcir y, estos jóvenes empiezan a ponerle letras con las mismas cadencias, estilos y temáticas que el del hip hop que venía de Los Ángeles en Estados Unidos. Obviamente eran temas demasiado pesados para la sociedad puertorriqueña tradicional, pero al fin y al cabo era la realidad que se vivía en los barrios populares de la isla.
Es muy curiosa la forma en la que funciona el cerebro de un joven. Si en algún momento algo adquiere el estatus de “prohibido”, o empieza a tener esa fama de clandestino, inmediatamente empieza a gozar de más popularidad por esa misma razón. Al joven le gusta lo prohibido, y por eso mismo le empezó a gustar el reggaetón en Puerto Rico, porque el gobierno y la sociedad lo tenían vetado de todo lado. Y en esta lucha que ellos estaban dedicados a ganar, como guardianes del orden social, decidieron tomar una medida que, no saldría nada bien para ellos, pero que acabaría dándole el espaldarazo que tanto necesitaba al género.
El gobierno en Puerto Rico empezó a prohibir las letras de las canciones que estaban saliendo, y lo que hicieron con esto fue buscar una alternativa para que el reggaetón se volviera más “radioamigable” y empezara a meterse en aquellos hogares clase media, e incluso alta, en la isla. Resulta irónico, pero se puede decir que la invasión radial, en serio, del reggaetón empezó gracias a una iniciativa gubernamental. Ahí empieza a esparcirse el género, como si fuera un derrame de gasolina, por toda Latinoamérica. Pero aún faltaba algo. Una chispa que pudiera encenderlo todo. Y esa chispa llegaría exactamente con el nombre de ese combustible.
“La gasolina” de Daddy Yankee llegaría en el año 2010, y esta sería el verdadero cambiador del juego en el género. Con esta canción, que empezó a romper barreras internacionales, ya el reggaetón dejaría de ser sólo un género limitado a ciertos países de habla hispana, y empezaría a alcanzar nuevas alturas y a meterse en sociedades que no acostumbraban a escuchar este tipo de ritmos…sociedades que están más acostumbradas a escuchar este estilo de canciones.
Cuando se escucha un vallenato, la región del país que se le viene a cualquiera a la mente es la costa caribe colombiana, y si hablamos de ciudad, la primera que aparece al sonar un acordeón es Valledupar, catalogada como la capital mundial del vallenato. Pero hay una que no suena tanto, e incluso tuvo la misma relevancia en este género: Bucaramanga. La capital del departamento de Santander ha sido una ciudad que consume demasiado esta música proveniente Del Valle del Río que baja de la Sierra Nevada, pero desde que salió la gasolina, solo por poner un punto de partida, porque es algo que venía desde mucho antes, la ciudad empezó a dejar entrar en sus emisoras a estos hombres vestidos con chaquetas, lentes oscuros, capuchas y cadenas para que compartieran espacio con los juglares Del Valle.
Obviamente, escuchar un género emergente y que igual trajera ciertas letras y temáticas presentes que, igual no eran lo que se escuchaba al principio en Puerto Rico, si contrastaba con los valores tradicionales que se tenían y, aún, se tienen en la sociedad actual.
La de Margarita Rodríguez es la voz de la mayoría de las personas de esa generación que, al primer acercamiento, y aún con el contacto que tienen ahora, responden de una manera reacia, y no por odio, ni mucho menos, sino como lo reconoce ella, por costumbre. Diferente a personas de esta generación más actual que, prácticamente, se criaron con las melodías y el beat bailable del Reggaetón.
Quien habló era “Breko Music”, un artista urbano santandereano, y así como, que creció escuchando esta música, él es el caso de la gran mayoría de la juventud actual, al menos en un país como Colombia. Como Fabián Ortegón, locutor radial, quien incluso escuchó desde pequeño canciones que se remontan a las raíces mismas del reggaetón.
Hay otros casos un poco más peculiares, como el de “Mafe” Álvarez, que es médica cirujana, pero tomó la decisión de dedicarse de lleno a la música y perseguir su sueño.
Y así hay muchas más historias de artistas emergentes, no solo en el departamento de Santander, sino a nivel nacional e internacional, que se van sumando cada vez más a una industria del entretenimiento musical que genera millones todos los días, e igualmente es demasiado competitiva.
El asunto con ellos es complicado también en un contexto en donde hay poco apoyo y falta de inversión hacia los nuevos talentos, tanto como por parte del gobierno, como del mismo público también. Algo así opina el artista urbano “Brayan music”
Aunque también hay que agregarle el contexto en el que están los artistas en el departamento que, al parecer, no aprecia tanto lo autóctono como en otros lados.
Pero con todo y esto, aún se conserva la fe de que la realidad del artista urbano en Santander cambie. Hay algunos, como en el caso de Breko, que sostienen que tiene que haber un artista que haga las veces de cerrajero y le abra la puerta al género urbano en Santander a nivel nacional…¿quién será el primero? está por verse.
Pero ahora, es complicado luchar contra todos estos estereotipos que se han creado alrededor del género debido a letras de canciones como esta
Y muchas otras que han sido hits radiales que todos habrán escuchado. Hablamos de estereotipos hacia el género, como el de que es un género extremadamente machista, misógino y que simplemente lo que hace es seguir manteniendo una imagen cosificada de la mujer. Y sí, pueden tener razón. Pero entonces acá entra el cuestionamiento: ¿estas canciones con esas temáticas son tan frecuentes y exitosas solo porque sí? ¿en realidad el problema está en el género? Y ahí es donde está la respuesta.
Esos temas recurrentes la mayoría de canciones no son exitosos simplemente por cosas del destino. Estas canciones son exitosas porque hablan de la sociedad actual. Así como el reggaetón mostraba, en sus orígenes, la realidad pesada de los ghettos en Puerto Rico, lo que hace hoy en día es similar: muestra la realidad del ahora. El problema no es el género musical que muchos satanizan, es la sociedad que lo consume y que sigue pidiendo este tipo de canciones, porque al fin y al cabo, la industria produce lo que la gente del común le pide.
Ahora, afortunadamente esto está cambiando, y ahora están saliendo más propuestas ligadas hacia la liberación femenina y el protagonismo de la mujer en el género donde ella también puede decir y hacer lo mismo que el rapero en sus canciones. Propuestas que empezaron con la emblemática Ivy Queen, y que ahora están siguiendo artistas como Cazzu y Rosalía, muestran las barreras que la industria y la sociedad en general han creado para las mujeres al fin se vienen abajo y en efecto dominó
Pero bueno, entonces ¿cual es la razón por la que el reggaetón es tan exitoso?. Pedro Capó, autor e intérprete del hit musical “Calma” respondió esta pregunta con Alejandro Marín en un episodio de “El Podcast”.
Y ahí está la respuesta: Es exitoso porque va ligado a nuestro ADN. Está dentro de nosotros, y está ahí incluso por nuestra herencia africana. El ritmo va en nuestra sangre desde que el corazón empieza a latir por primera vez, y por eso es tan difícil negarse así sea a mover la punta del pie cuando se escucha una canción de esas.
Es natural, y al fin y al cabo es exitoso porque es lo que somos, no sólo como latinoamericanos y a esa imagen que representamos de alegres y bailarines, sino también como humanos, porque al fin y al cabo somos una especie que se mueve gracias al ritmo y a los patrones.
Así que no hay nada más que decir. Ya aquella etapa en la que el género era satanizado quedó atrás. Hay que acostumbrarse y adoptarlo porque, ese sonido que inició en los barrios populares de Puerto Rico, está pasando a convertirse en el sonido del mundo entero. Porque sí, aunque muchos lo nieguen, y aunque suene muy cliché, este género llegó y no está dispuesto a irse.
Informó Santiago Vásquez, Valeria Gil, Unab Radio.