Psicodelia

Realizado por: Diego Giraldo, estudiante de periodismo

La proliferación del uso de drogas sicodélicas en los años 60 tuvo ramificaciones culturales importantes, contribuyendo significativamente al desarrollo de los ideales contraculturales. Estas drogas le permitieron a los individuos reevaluar sus creencias, valores, patrones de vida y en últimas, su entendimiento de la realidad.

Para hablar de cualquier tema, es útil empezar con una definición, puede decirse que lo psicodélico es aquello que modifica la percepción y los procesos cognitivos. Si miramos de dónde viene la palabra, llegamos a una expresión griega que refiere a una manifestación del alma (en otras palabras, a la exhibición de algo inmaterial que estaba oculto en el interior de la persona).

Bueno ¿Y eso qué quiere decir? Que los psicodélicos son esas sustancias que alteran nuestra percepción de la realidad y la forma en la que procesamos la misma ¿Cómo así? 

Ustedes nunca vieron a Dumbo tomando trago, cuando los elefantes payasos lo asustaban, los colores eran brillantes y las líneas de la realidad eran difusas por no decir inexistentes? Bueno, podríamos argumentar que esa parte de la película era arte psicodélico, con esos colores brillantes y esos cuadros surreales, es lo que podría esperarse de una percepción alterada de la realidad.

Algunos científicos y humanistas, convencidos de las posibilidades benéficas de las drogas psicodélicas para los humanos, han investigado y promocionado su uso responsable: entre ellos se cuentan Albert Hofmann, Aldous Huxley, Alan Watts, Terence McKenna, Jack Kerouac, Allen Ginsberg, y más mediáticamente Timothy Leary. 

Hablamos con Juan Ricardo Barrera, estudiante UNAB, y nos contó un poco acerca de su experiencia con los sicodélicos.

“A la pregunta de si los he consumido de manera recreativa o de terapia yo los he consumido personalmente de manera recreativa, pero en alguna ocasión, sí me traté con LSD para terapia, para pues una terapia, buscar cosas por dentro y cosas así y funcionó”.