Cerca de 300 millones de niños de 2 a 4 años en todo el mundo (3 de cada 4) son habitualmente víctimas de algún tipo de disciplina violenta por parte de sus cuidadores. Violencia que está justificada por más de 1 de cada 4 adultos que tienen niños a su cuidado y que afirman que el castigo físico es necesario para educarlos adecuadamente.
Un artículo publicado por Noticias ONU el 18 de agosto de 2020 dice que el covid-19 y la cuarentena ha dejado a los niños sin protección frente a la violencia, “debido al trastorno que ha causado la pandemia del coronavirus a los servicios sociales que protegen a los niños de la violencia doméstica, los menores de más de un centenar de países han quedado más vulnerables a la explotación y al abuso”. También revelaron un sondeo socioeconómico en el cual evalúan el impacto de la respuesta al COVID-19, en 104 de 136 países encuestados reportaron interrupción o suspensión de servicios como las visitas domiciliarias de trabajadores sociales y especialistas en el bienestar infantil a mujeres y niños en riesgo de sufrir abusos. Esto claramente nos deja con un incremento de casos que muchas veces terminan en asesinatos infantiles o maltratos severos, ya que no se tienen organismos que controlen alguna situación mínima que se presente.