Por: Sofía Téllez, estudiante de Periodismo.
Ernesto Luch Llop, es un español que lleva viviendo más de 4 años en Colombia. Su historia comenzó cuando se enamoró de una bella colombiana por redes y tomó la decisión de venir a vivir a este país, encontrando algo muy diferente a lo que le habían contado acerca de Colombia. Esta es la historia de un amor sin fronteras.
Allí sentado en su oficina se encontraba un hombre de aproximadamente 73 años; de estatura mediana, robusto, con el pelo y la barba blanca, llevaba puesta su bata blanca, sus gafas para leer y en su escritorio tenía una pequeña estampilla que decía arriba España. Sentado sobre una silla reclinable Ernesto Lluch Lop, un español nacido en Cataluña, empezó a contar su historia de cómo tomó la decisión de venir a vivir a Colombia.
Inició contando su infancia en la ciudad de Cataluña, España, en donde se crío junto con sus padres, allí creció, estudió y se graduó de Optómetra. “Cataluña es una zona diferente, en donde tenemos nuestro propio idioma. Nosotros somos muy diferentes al español típico. Nosotros somos más anglosajones”.
Él, vivió en diferentes ciudades de España como: Madrid, Barcelona y Anda Lucia. “Yo soy nómada, acá en España no he vivido siempre en el mismo sitio, yo he vivido en pueblos pequeños y en pueblos grandes. Yo me he ido moviendo pues a mí me gusta conocer gente, toda mi familia es bastante nómada”.
Lop, cuenta que vivir en España es muy diferente a Colombia, pues para él España es más segura. “Es una vida muy diferentes a cómo se vive aquí, sobre todo a nivel de seguridad. Allá puedes ir por la calle paseando con cadenas de oro y celulares y nunca hay problemas, nadie te roba. Es muy complicado que te roben porque España vive básicamente vive del turismo, pues es una nación que no tiene nada; no tiene recursos naturales, lo único que tiene es el sol. Entonces nosotros cuidamos mucho al turista. Está todo regulado y la gente está muy comprometida con el
turismo”.
En España, Ernesto llevaba una vida buena y tranquila pues tenía varias ópticas en diferentes ciudades de este país. También contaba que tuvo dos matrimonios; en el primero tuvo 4 hijos y en el segundo no le fue tan bien. “Yo era optómetra y tenía varias tiendas. Tenía 7 tiendas en sitios diferentes, pero básicamente era en Cataluña y en Valencia, en la zona valenciana. Yo he estado casado muchas veces, y he tenido dos parejas duraderas. Me casé a los 22 años y tuve cuatro hijos con mi primera mujer y monté mi primera óptica, luego me separé a los 44 años. Luego me junté con otra chica pero no me casé, duré con ella doce años y luego nos separamos”.
Antes de venir a Colombia y conocerla, Ernesto tenía una mala imagen de este país, pues para nadie es un secreto que Colombia, para el extranjero, es conocida por su historia de Narcotráfico y violencia. “Pues de todos los Españoles y de todo el mundo. Uno conoce la historia de Pablo Escobar y conoce lo típico, lo que se vende al mundo, es una pena pero es así. El problema del narcotráfico, la inseguridad, las FARC, todos estos problemas y cosas es lo que nosotros conocemos”.
También menciona que a los españoles no les gusta venir mucho a Colombia, pues tienen miedo por la historia que conocen acerca de este país. “Los españoles no vienen a Colombia porque tienen miedo. Yo tengo muchos amigos en España y todos saben que estoy aquí, pero no va a venir nadie, por más que yo les diga no tranquilos no va a pasar nada no vienen porque tienen miedo. La idea que se da a Colombia del extranjero no es como la que se da aquí, eso es mentira. Es que todavía hay narcotráfico y eso es lo que temen y si vas por la zona que es más conflictiva te dicen no vayas por la selva, no vayas por aquí o por allá, en Europa eso no pasa”.
A pesar de la mala imagen que Ernesto tenía de Colombia, una hermosa mujer logró cambiar su parecer, pues le enseñó lo que es amar a distancia y le enseñó amar a Colombia. Esmeralda Vera, quien vive en Bucaramanga, fue quien robó su corazón y lo convenció de que se viniera a vivir a Colombia. Su historia comienza cuando una amiga de Esmeralda y un hijo de Ernesto los registran en una página de citas y empiezan a hablarse y a enamorarse sin conocerse en persona. “Nosotros empezamos a hablar por casualidad, son cosas que pasan, a mí me apuntó un hijo mío a una web que conoces gente y a ella la apuntó una amiga. Yo no miré nunca más eso pero por whatsapp aparecía la gente que iba llamando y había una que fue muy persistente que fue Esmeralda, fue la única que conteste porque me llamó muchas veces pero aquí estoy”.
Por varios años llevaron una relación a larga distancia, él desde España y ella desde Colombia. La primera vez que se conocieron en persona fue en España. “Estuvimos hablando como tres o cuatro años por internet. Ella fue una vez a España, nos conocimos allá físicamente y pues al final decidimos que con la condición de montar una óptica, pues venirme a vivir aquí”.
Lluch, relata que aunque es muy difícil conocer por internet a alguien, él había encontrado una compañera con quien pasar el resto de sus días. “Nosotros hemos tenido la suerte de que los dos tenemos una cultura similar, que pensamos igual a nivel de religión y política. La verdad que nos parecemos bastante”.
Al llegar a Colombia por primera vez quedó sorprendido con el hermoso país que encontró. Ernesto, cuenta que se llevó una grata sorpresa al encontrar bellos paisajes, una buena gastronomía y una Colombia alegre; cambió completamente su idea de lo que le habían contado acerca de este país. “Yo llegué a Colombia el 4 de Junio para quedarme definitivamente. Esmeralda me llevaba a la flora y ahí yo veía lo árboles y me enamoraba, quedaba encantado. Luego cuando salíamos de la flora íbamos a un sitio en donde venden una fruta exquisita. También nos llevó a varios sitios, a Cartagena, a Medellín en navidad; era muy bonito porque era aquello del río que estaba lleno de
luces y la verdad es que es precioso”.
Para él no fue nada difícil venir a Colombia, pues le gustaba estar cambiando de lugar, conocer otras culturas y otras personas. Por eso también tomó la decisión de venirse a vivir a este país. “Pues yo creo que el aburrimiento de estar 60 años viviendo en el mismo sitio prácticamente, por mucho que viajes la gente es la misma, los paisajes son los mismos; y ya tienes 60 años y con 60 años pues ya tienes ganas de hacer otras cosas. Yo he viajado mucho a nivel de vacaciones pero jamás a nivel de vida, como en el que estamos ahora en un sitio que está tan lejos y tan diferente,
los sistemas de trabajo son diferentes, los sistemas de compra y venta, la gente es muy diferente”.
Para Ernesto son varias las diferencias que él pudo encontrar entre Colombia y España, luego de ya llevar viviendo más de 4 años en este país. Mientras me contaba las diferencias, se veía muy sorprendido, pues al principio no podía creer ciertas cosas que pasan acá, ya que allá era muy raro ver estas cosas. “Es muy diferente a España, no se parecen en absolutamente en nada, sobre todo el tema de la seguridad. Allá el que la hace la paga y para la cárcel, aquí dan casa por cárcel. Aquí no lo único que no me gusta mucho es que Esmeralda me dice no vayas por aquí, no vayas por allá, como se te ocurre ir por ahí a esta hora y uno no se ha acostumbrado a esto, allá puedes ir a las tres o cuatro de la mañana por la calle que quieras y nadie te asalta”.
Lop, menciona que son tres las diferencias más significativas que puede encontrar entre Colombia y España. “A mí siempre me mencionaba Esmeralda los paisajes que es lo que yo he encontrado más diferente de España, porque aquí todo es montaña y allá no hay prácticamente montañas. Cuando llegué al Chicamocha casi lloro, me quedé emocionadísimo de ver aquel cañón, aquello es impresionante”.
La segunda diferencia es en la historia. Con una voz de seguridad y apropiación, Ernesto relata que España le lleva siglos a Colombia en historia. “La historia es muy diferente. Allá son historias milenarias, acá son historias de siglos, pero allá son de miles de años. Lo que es la arquitectura en sí, lo más viejo de aquí es nuevo allá todavía porque
tiene 400 o 500 años; allá los edificios que tenemos como antiguos son edificios romanos o árabes, estamos hablando del siglo cuarto o quinto antes de Cristo. Incluso hay cosas fenicias de 3000 años antes, y todo eso lo tienen bien arreglado porque nosotros vivimos de eso allá”.
La última diferencia que Lop nota en Colombia, es el tema social, en diferentes ámbitos como la salud, la seguridad y la justicia. “Vender por la calle gafas o cosas así, temas de salud a ti ni se te ocurra porque vas a parar a la cárcel, o sea, las cosas de salud son muy serias. Tú no puedes vender gafas en la calle porque estás haciendo daño a la gente. Por ejemplo, a la policía no puedes tocar ni increparla porque te vas a la cárcel 5 años y no te sacan. Allá el tema del orden es sagrado, nadie pero nadie toca a un policía, no se atreven”.
Sin embargo, para el Doctor, España es muy pobre a comparación de Colombia. Pues según él Colombia es mucho más rica en biodiversidad, cultura, música y gastronomía. “Colombia es muy rica, no es como España que es muy pobre. Colombia debería ser la España a nivel de turismo, la España de América. Al igual que España es la parte turística más importante de toda Europa. Allá va toda la gente rica y aquí tienen que venir los canadienses, los
estadounidenses, la gente con mucho dinero tiene que venir a Colombia. Yo conozco mucho Sudamérica y Centroamérica y esto es lo más bonito que hay”.
Actualmente, Ernesto tiene varías ópticas que ha logrado montar con su esposa acá en Bucaramanga. Ese es su sustento de día a día. Para él al principio no fue nada fácil, pero junto con Esmeralda han logrado construir poco a poco un negocio familiar en el que los dos se sienten felices. “Aquí me dedico como optómetra y como jefe de ventas y la parte comercial de tu óptica amiga. Estamos viviendo en la mesa, aquello es un paraíso en cuanto a todo, el clima y todo. Yo allá estoy muy feliz, hemos montado la otra óptica allá en la mesa y la gente es buenísima sobre todo que
son más humildes”.
Sin embargo, como a todos, la pandemia también les afectó económicamente y los obligó a cerrar algunas ópticas que tenían funcionando en el centro de Bucaramanga. “Nosotros teníamos todo preparado para poder hacer la casa y al final hemos tenido que despedir a mucha gente de la óptica del centro cuando la cerramos y eso nos quitó la mitad de recursos para la casa. La estamos terminando con muchísimo esfuerzo y con nervios y debiendo dinero a
gente, entonces siempre se pasan nervios”.
Con una sonrisa en su rostro, Ernesto menciona que solo regresaría a su país pero de visita, pues se ha enamorado de Colombia y no quisiera irse de este lugar. “Yo voy a volver pero para ver a la familia, yo estoy bien aquí no tengo problema”. Esta fue la historia de un español que se enamoró de una colombiana y de Colombia.